domingo, 25 de marzo de 2007

Mujeres africanas

Durante este mes de marzo hemos centrado nuestro blog en las mujeres africanas. Nos hemos acercado a sus derechos, salud, educación... Hoy queremos poner rostro a mujeres africanas que han destacado por sus aportaciones al progreso de las mujeres en el continente. Hemos elegido a diez, pero son muchas más, pero tal vez nunca conoceremos su nombre, aunque su trabajo está contibuyendo a la construcción de la paz, la justicia, la ecología, la educación... en África


Edith Nawakwi, (Zambia), primera mujer zambiana que está al frente del Ministerio de Economía de su país. Estudió Administración de Empresas en la Universidad de Zambia. En 1996 estuvo en el ministerio de Agricultura; criticó fuertemente la política llevada a cabo hasta entonces porque caracía de un esquema viable de créditos y conducía a la ruina a los pequeños productores.



Wangari Maathai (Kenya) La activista y ecologista keniana, Wangari Maathai, fundadora del movimiento Cinturón Verde, fue galardonada con el Premio Nobel de la Paz en 2004 por su contribución al desarrollo sostenible, la democracia y la paz.


Aicha Bah Diallo (Guinea-Conakry) 1ª mujer africana que ocupa puestos de responsabilidad en la dirección de la UNESCO, donde es responsable de la Educación básica.

Angie Brooks, (Liberia) Presidenta de la Asamblea General de la ONU en septiembre de 1969



Ellen Johnson-Sirleaf (Liberia). Hizo historia al conseguir los votos suficientes para asegurarse la victoria en las elecciones presidenciales de Liberia en 2005. Su triunfo frente a George Weah la convertió en la primera jefa de Estado de un país africano.



Jeanne Martin Cissé (Guinea-Conakry), 1ª mujer africana que presidió el Consejo de Seguridad de la ONU, en 1972




Funmilayo Ransome Kuti (Nigeria) Una las primeras defensoras de los derechos de la mujer en África (dicen que fue la primera mujer africana en haber conducido un automóvil).


Aminata Traoré (Malí) Es una de las voces intelectuales africanas que más suenan en la búsqueda de una alternativa africana en oposición a la mundialización liberal y cree en el poder de la extensión de los ejemplos modestos: "micro-resistencia contra macro-dominación".


Agnes Siyiankoi (Kenya), mujer maasai que se atrevió a desafiar muchas de las tradiciones culturales de su Pueblo que mantienen marginadas a todas las mujeres maasai.











jueves, 22 de marzo de 2007

MUJERES Y SALUD EN ÁFRICA


La pobreza, sin lugar a dudas, es el principal obstáculo para el desarrollo y el cambio, así como la responsable de la mayor parte de las muertes por causas evitables. La situación de pobreza de muchos países de África se traduce en altas tasas de mortalidad materna e infantil. La salud de la mujer se encuentra claramente en riesgo cuando tiene poco dinero y no dispone de medicamentos ni de acceso a servicios de prevención y tratamiento. El SIDA aún sigue causando estragos entre la población africana, y con especial crudeza entre las mujeres, muchas de las cuales han sido contagiadas a causa de las violaciones. Se calcula que el 74% de las personas afectadas por el VIH en el África subsahariana son mujeres.
La mutilación genital femenina continúa poniendo la salud de muchas mujeres en riesgo, además de considerarse como un atentado a los derechos de la persona. Se estima que entre 80 y 100 millones de mujeres sufren en la actualidad esta mutilación, en 28 de los 53 países africanos.
Frente a este panorama desolador, sabemos que las inversiones en los planes de salud dirigidos especialmente a las mujeres tienen un efecto multiplicador, invertir para mejorar su calidad de vida es invertir en el progreso y desarrollo del continente africano.

Algunos enlaces:
www.rebelion.org/noticia.php?id=6143
www.rebelion.org/africa/031029partos.htm
www.elmundo.es/elmundosalud/2006/11/20/hepatitissida/1164049292.html

miércoles, 14 de marzo de 2007

MUJERES Y EDUCACIÓN EN ÁFRICA


Con respecto al nivel educativo de la población femenina, es importante señalar que África entró en la vía de la así llamada educación formal solo recientemente y a raíz de la colonización. Antes existían sistemas de educación tradicional cuyos niveles y logros no se encuentran registrados en las estadísticas. La educación formal, impartida inicialmente por los misioneros fue considerada durante largo tiempo como un elemento cultural alienante, destinado a imponer el sistema de vida del hombre blanco. Sólo más tarde, con el cambio en las estructuras sociales tradicionales se reconoció una asociación entre educación y promoción social y se empezó a educar un miembro de la familia, siempre de sexo masculino, para que pudiese favorecer al grupo familiar desde su nuevo status. La niña sólo accedió al sistema educativo cuando la práctica de la escolaridad se generalizó superando barreras culturales y económicas […] Ello explica en parte la existencia de un 77% de analfabetismo femenino, contra un 51% de analfabetismo masculino.
A pesar de su entrada tardía en el sistema educativo formal, el ritmo de expansión del sistema educacional en África ha sobrepasado al de otras regiones, tendiendo a disminuir las diferencias existentes. El número de estudiantes de sexo femenino está aumentando en todos los niveles educativos, incluyendo la educación vocacional. Sin embargo la brecha entre estudiantes de ambos sexos se mantiene, acrecentándose a los niveles secundario y postsecundario.
En África el ingreso femenino a la educación primaria es de un 60% contra un 68%, masculino. A nivel secundario la proporción es de 11% para las mujeres y 21% para los hombres.
La deserción escolar femenina en los tramos superiores es muy alta en África debido al matrimonio temprano, embarazo, necesidad de ayudar o hacerse cargo de las tareas del hogar, desempeño de actividades remuneradas, trabajo agrícola de subsistencia, recolección de agua y leña, cuidado de los hermanos menores, etc.
Por lo general el sistema educativo no se adapta ni a las características ni a las necesidades de la región y menos aún a diferencias culturales intrarregionales. En lo que respecta a la mujer se suman a estos inconvenientes la temprana discriminación que se ejerce sobre ella, privándola y restringiéndola sólo a ciertos campos tales como economía doméstica, trabajo social, enfermería, enseñanza, etc.
A medida que los medios de subsistencia tradicionales se van haciendo escasos, la necesidad de educar a los niños de ambos sexos se va haciendo más imperiosa. Pese a estas tendencias hacia un mayor nivel educativo queda aún un largo camino que recorrer para reducir el analfabetismo femenino, particularmente en las áreas rurales y dar acceso a un mayor número de mujeres a la actividad profesional, educación de adultos y actividades de extensión orientadas hacia los diversos campos del desarrollo.


Artículo completo en: www.eurosur.org/ai/africa94.htm

jueves, 8 de marzo de 2007

MUJERES DE ÁFRICA


La diversidad existente en África nos lleva a desmitificar la idea de que las mujeres de este continente forman un colectivo homogéneo. Cada región posee características propias e incluso dentro de la misma región hay diferencias. No obstante, es posible analizar globalmente su situación con cierto rigor, siempre y cuando lo hagamos desde la división entre la zona rural y la zona urbana.
La mujer africana produce, se beneficia y transforma alrededor del 75 % de los alimentos básicos de este continente aunque, paradójicamente, su acceso a la tecnología es inferior al de los hombres.
En muchos casos, ellas son la única fuente de ingresos disponible en la estructura familiar y su doble jornada es hoy algo visible gracias al esfuerzo y la palabra de los movimientos de mujeres y de los cambios acontecidos en el planeta en el siglo XX. Una jornada concebida como invisible, irreal y no productiva antaño.
África Subshariana cuenta con una población de 780 millones de habitantes, de los que las mujeres representan el 52 % y perciben el 28 % de los ingresos. Las africanas, a su vez, representan el 11 % del total de la población mundial femenina. El 9 % de ellas son parlamentarias (en algunos países, como Ruanda, han conseguido ser el 45 %), mientras que el 20 % trabajan como funcionarias, aunque, en general, se ocupan de las actividades con más baja remuneración […]
Sólo un porcentaje mínimo de las africanas embarazadas reciben atención prenatal y alrededor de un 56 % continúan siendo analfabetas. El proceso de escolarización diferencial conlleva importantes desigualdades entre los hombres y las mujeres: en África Subsahariana, es mayor el número de niñas que de niños entre la población sin escolarizar [...]
La trayectoria histórica del continente africano y las necesidades del colectivo han influido en la situación de la mujer: a lo largo de la historia africana, las mujeres han ido ganando y perdiendo espacios de poder […]
Las mujeres africanas, sobre todo las de zonas urbanas, se movilizan y la historia africana ofrece numerosos ejemplos de su movilización al mismo tiempo que de su participación en diferentes contextos […] Reivindicaciones de tipo político, por ejemplo, dieron origen a líderes en el ámbito de los derechos de las mujeres, como la feminista recientemente fallecida en Londres, Adelaide Smith, quien representó uno de los ejemplos más claros del feminismo en el África Subsahariana. Fundó en la capital de Sierra Leona la primera escuela para niñas e impulsó un proceso de concienciación que, en el año 1930, tuvo como resultado la conquista del derecho al voto para las mujeres. Otro caso es el Olive Scheine, sudafricana pionera en las reivindicaciones de los negros, que escribió un ensayo de inspiración feminista, Men and woman, texto de referencia para muchas feministas africanas.
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sábado, 3 de marzo de 2007

DECLARACIÓN DE LAS MUJERES POR LA SOBERANÍA ALIMENTARIA


Nosotras, mujeres procedentes de más de 40 países, de distintos pueblos autóctonos, de África, América, Europa, Asia, Oceanía y de diversos sectores y movimientos sociales, estamos reunidas en Sélingué (Malí), en el marco de Nyéléni 2007, para participar en la construcción de un nuevo derecho: el derecho a la soberanía alimentaria. Reafirmamos nuestra voluntad de actuar para cambiar el mundo capitalista y patriarcal que prioriza los intereses del mercado por encima del derecho de las personas.Las mujeres, creadoras históricas de conocimientos en agricultura y en alimentación, quienes siguen produciendo hasta el 80% de los alimentos en los países más pobres y que hoy son las principales guardianas de la biodiversidad y las semillas criollas, se encuentran especialmente afectadas por las políticas neoliberales y sexistas.Nosotras sufrimos las consecuencias dramáticas de estas políticas: pobreza, insuficiente acceso a los recursos, patentes sobre la vida, éxodo rural y migración forzada, guerra y todas las formas de violencias físicas y sexuales. Los monocultivos, incluidos aquellos consagrados a los agrocombustibles, así como la utilización masiva de productos químicos y organismos genéticamente modificados, tienen efectos negativos sobre el medio ambiente y sobre la salud humana, en particular, sobre la salud reproductiva.El modelo industrial y las transnacionales amenazan la existencia de la agricultura campesina, la pesca artesanal, la vida pastoril, así como la fabricación artesanal y el pequeño comercio de los alimentos en los medios urbanos y rurales, sectores donde las mujeres desempeñan un papel importante.Queremos que la alimentación y la agricultura salgan de la OMC y de los acuerdos de libre comercio. Más aún, rechazamos las instituciones capitalistas y patriarcales que conciben los alimentos, el agua, la tierra, los conocimientos de los pueblos y el cuerpo de las mujeres como simples mercancías.Inscribiéndonos en la lucha por la igualdad entre los sexos, no queremos sufrir más ni la opresión de las sociedades tradicionales, ni de las sociedades modernas, ni las del mercado. Queremos aprovechar esta oportunidad para dejar atrás todos los prejuicios sexistas y desarrollar una nueva visión del mundo construida bajo los principios de respeto, igualdad, justicia, solidaridad, paz y libertad.Estamos movilizadas. Luchamos por el acceso a la tierra, a los territorios, al agua y a las semillas. Luchamos por el acceso a la financiación y a los equipamientos agrícolas. Luchamos por buenas condiciones de trabajo. Luchamos por el acceso a la formación y a la información. Luchamos por nuestra autonomía y por el derecho a decidir para nosotras mismas, así como a participar plenamente en las instancias de toma de decisiones.En la mirada de Nyéléni, mujer de África que desafió las normas discriminatorias, que brilló por su creatividad y su productividad agrícola, encontraremos la energía para la puesta en ejecución del derecho a la soberanía alimentaria, portador de la esperanza para construir otro mundo. Esta energía, la sacamos de nuestra solidaridad. Llevaremos este mensaje a las mujeres del mundo entero. (Traducción Minga Informativa de Movimientos Sociales)Nyéléni, 27 de febrero de 2007

Más información: www.nyeleni2007.org